Mar quería una tarta para el 50 cumpleaños de su novio. Le habían organizado una super fiesta sorpresa, y la tarta era la guinda. Me insistió en que tenía que ser un fiel reflejo de su afición: el ciclismo. Tenía que aparecer él con uno de sus conjuntos, fuertote, calvo, con gafas… la bicicleta, una carretera y un cartel de “Col du Tourmalet” que es una montaña a la que quiere subir.
En cuanto al sabor, me dijo que confiaba en mí, que hiciera el bizcocho que más me gusta… no había duda, bizcocho de zanahoria con crema de queso!
Según me contó, le gustó mucho la sopresa y la tarta le encantó, no se la esperaba!
Que divertida y además original
Sí! La verdad es que es divertido cuando los clientes piden tantos detalles,como la camiseta,porque los homenajeados se sienten totalmente identificado 🙂